¿Por qué se rompen los parabrisas?

De todas las lunas del coche, el parabrisas es la que más se rompe y esto es debido a diferentes factores como, impactos recibidos circulando, actos vandálicos o desperfectos producidos por la inclemencias del tiempo. Existen cuatro causas principales de rotura de parabrisas:

  1. Deterioro espontáneo: producido por un golpe anterior que no se percibe a simple vista y que produzca un shock térmico, es decir, una diferencia entre la temperatura de exterior y el interior del coche. En ocasiones también puede deberse a un defecto de fabricación.
  2. Vandalismo: una causa totalmente inevitable como un intento de robo, que pone en riesgo algo la integridad del parabrisas.
  3. Impacto de la gravilla: sin duda la mayor causa de rotura de parabrisas se debe a estos impactos, concretamente un 80%, aunque también son las más sencillas de reparar.
  4. Caída de algún objetivo: un daño totalmente inesperado, como puede ser la caída de alguna rama de árbol.

En ocasiones el parabrisas se lleva un golpe muy fuerte y no le pasa absolutamente nada y otras veces con un simple golpe leve se rompe en pedazos ¿Esto a que se debe? Pues hay que tener en cuenta diferentes factores como la humead, el estrés o las grietas que se crean por la tensión por fatiga, son la explicación a que pase eso. Todo eso puede no ser visto a simple vista y pese a que tu parabrisas parezca que está en perfecto estado eso puede no ser así y terminará por romperse al recibir cualquier impacto, por leve que sea.

Dentro de las roturas de parabrisas existen diferentes tipos que veremos a continuación.

Tipos de roturas en los parabrisas

Dentro de las roturas de parabrisas, encontramos cuatro muy frecuentes que son:

  • Desgaste superficial: Una ligera y pequeña marca que normalmente no suele convertirse en algo muy grave, pero siempre es conveniente reparar estos arañazos a la mayor brevedad posible, ya que se trata de un proceso bastante sencillo y rápido que te quita de posibles roturas mayores. 
  • Ojo de buey: Una rotura fácil de identificar a simple vista, ya que tiene forma de agujero cónico de aproximadamente entre 1 y 2,5 cm de diámetro y está situado en la parte exterior del parabrisas. No suele tener riesgo de rotura de ruta pero es recomendable cambiar por la dificultad en la visión que provoca al conducir. 
  • Rotura con grietas: sin duda la más grave de las roturas, ya que una única rascada profunda puede desencadenar a todo el cristal por fuerza externa, como puede ser un bache o una carretera en mal estado. Se recomienda reparar cristal rajado de inmediato.
  • Ojo de buey con micro-fisuras: parecido al ojo de buey pero en este caso, sumándole una serie de grietas que aparecen por el mismo impacto. Si estas tienen forma parecida a una estrella, hay que repararlo inmediatamente, ya que podrían expandirse por todo el cristal.

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